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NIños en en centro de información, promoviendo el parvulario. copy
Humedal protegido Las Macanas, con estudiantes, Mi Ambiente y personal del CREHO, Diciembre 2020.
Corredor montañoso que baja del límite sur del PN Cerro Hoya_ protegido por la entidad Canopea
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La Iniciativa de Canopea busca salvaguardar estas porciones de bosques marinos.
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Cerro Cacarañado, con 1,000m de altura es parte del levantamiento de la corteza terestre producto de la tectónica de placas. En su cumbre se encontraron fósiles marinos.
Canotaje en el área de manglares del RVS Pablo Barrios, Pedasí.
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La Asociación Ecológica y Educación para la Conservación de la Biósfera (EcobioPanamá) fue fundada en el 2003. 

RESEÑA  HISTÓRICA DE UNA EXITOSA GESTIÓN AMBIENTAL, 1976-2021

La historia de nuestra participación en las iniciativas de conservación ambiental en la zona central de Panamá,  especialmente en la franja costera de la Península de Azuero  y Bahía de Parita, se remontan al año 1976, cuando a raíz de una intensa sequía que duró dos años, participamos en una comisión que evalúo este fenómeno, tomando Sarigua como caso de estudio, por el  extremo del impacto de los vientos y la erosión eólica que provocaron grandes polvaredas, que es un rasgo típico de este tipo de ecosistemas.

Fue allí, cuando tomamos contacto con este extraordinario sitio, que además contiene restos arqueológicos de la primera aldea agrícola de Panamá, y un paisaje único y poco conocido por gran parte de los panameños, porque se supone que somos un país tropical lluvioso.

A raíz de que tomamos conocimiento con este sitio, surgieron las primeras evaluaciones de campo en cuanto a geología y botánica y  paralelamente,  comenzó a darse el fenómeno de las visitas de miles de estudiantes de diversas escuelas primarias, secundarias y de universitarios de la región, hasta que fue alcanzando a una gran cantidad de personas que acudieron a este lugar, tal como ocurre hasta la fecha.

En vista de los valores ecológicos, arqueológicos y socioeconómicos, promovimos y logramos en el año de 1984 la declaración del Parque Nacional Sarigua, el cual incorpora los bosques secos tropicales que bordean hacia el oeste, además de los manglares Río Parita el río Santa María, y una considerable porción del litoral del distrito de Parita, hasta alcanzar 8,000 hectáreas que tiene esta área protegida. En Sarigua, fuimos los gestores de la construcción del centro de visitantes, el cual entró en funcionamiento en 1987.

De igual forma, llevamos a cabo el desarrollo de senderos interpretativos y señalización, con la participación de estudiantes de secundaria y del Centro Regional Universitario de Azuero.

En el año 1980, conocimos el humedal Cenegón del Mangle, para esa época hubo intentos de construir proyectos acuícolas en este lugar, pero la fuerte oposición de grupos campesinos que usaban la tierra en el margen del río Santa María con fines de el cultivo de arroz para la subsistencia, nos motivó a apoyar estas movilizaciones, y acudimos al municipio de Parita, donde se logró que esta entidad, emitiera un Acuerdo Municipal que estableció el área protegida del Cenegón del Mangle, con una superficie de 776 Has, que aún se mantiene como tal, con una notable restauración natural de sus manglares, beneficiando la biodiversidad y la pesca en esta zona.

En el año de 1980, se movilizó la comunidad de Pedasí, en el extremo sureste de la provincia de Los Santos, para protestar por intentos de llevar a cabo un proyecto turístico en la Isla Iguana, que es un importante sitio de anidación de aves marinas, y que además tiene diversos parches y formaciones de coral, todo lo cual ha permitido que existan grandes bancos de pesca especialmente de pargo, que es el principal rubro económico de la economía marítima de esta región del país. Nuevamente acudimos en este caso al municipio de Pedasí, el cual emitió un Acuerdo Municipal que declaró este lugar como Refugio de Vida Silvestre; para ese entonces el refugio sólo contaba con 54 hectáreas de extensión. Posteriormente, promovimos la extensión de los límites hacia la zona costera de Pedasí para incluir las dunas litorales y el bosque seco tropical, ampliando la superficie geográfica de este refugio, alcanzando en la actualidad 10,154Has. Luego mediante un instrumento de ley, el sitio fue denominado “Refugio de vida Silvestre Pablo Barrios”, en homenaje a este funcionario del Estado, que se preocupó en gran medida, por la conservación de los recursos marinos de este sector.

La cuarta área protegida que promovimos para su conservación, fue la Ciénaga de las Macanas ubicada en el corregimiento de El Rincón distrito de Santa María, en el extremo noroeste del Herrera. Este es el principal humedal de la Península de Azuero, que abarca alrededor de 900 hectáreas, pero que colinda con el humedal de Juncalillo que agrega otras 2,600Has, y que forman el eslabón de humedales entre Sarigua y el río Santa María. Estos humedales han tenido una notable importancia en la evolución de la población, incluso desde los tiempos prehispánicos, hay evidencias arqueológicas de la utilización de los recursos de estos humedales por parte de los primeros pobladores, hace más de 12000 años, como ocurre hasta la actualidad, la utilización del agua con fines de producción agrícola y pecuaria, la influencia del clima y en el movimiento de los recursos hídricos en esta región del país, del cual además se benefician cientos de panameño por la pesca artesanal, pero también el valor que tienen estos humedales como estación invernal de aves migratorias y hábitat de aves nativas, se destacan como los valores de este importante ecosistema.

En este caminar por la conservación ambiental de los ecosistemas costeros, valga señalar el sector del Agallito y Playa El Retén ubicados en la franja litoral en el Distrito de Chitré. Estas son áreas de albinas o marismas costeras salobres, que se encuentran totalmente despejadas y otras, presentan formaciones de manglar achaparrado, y en los bordes del mar o en el curso de los ríos La Villa y Parita, existen bosques de mangle algunos con árboles de gran altura, y restos de dunas “fósiles” que presentan bosque seco tropical.

Estas planicies costeras que se inundan con mareas, son el hábitat alimenticio de millones de aves migratorias, y también de aves residentes y otros animales relacionados con el ecosistema costero, pero también, son sitios importantes para la pesca artesanal, y la extracción de mariscos que forman parte de la economía comunitaria.

En Playa El Agallito, construimos en el año de 1983 la estación ecológica Alejandro Humboldt, con apoyo de la República Federal de Alemania y la empresa privada de Chitre; este  fue  un sitio para la educación ambiental, y apoyo a diversas investigaciones científicas, trabajos monográficos y tesis, y capacitación y entrenamiento principalmente para jóvenes las áreas circunvecinas, lo que ha sido una notable contribución para fomentar el conocimiento de la ecología, y la importancia que tiene esta en la formación de valores nueva generación de ambientalistas que se está destacando en esta región del país y que irradia a las provincias centrales. En 1987, se declaró todo este sector como principal sitio ecológico y Turístico del Distrito de Chitré, por un Acuerdo Municipal que promovimos con este fin.

También fuimos promotores del establecimiento del Refugio de vida Silvestre Peñón de La Honda, en la franja costera del distrito de Los Santos, con una superficie actual de 2,367 Hectáreas, el cual contó con dos resoluciones municipales, que ampliaron sus límites hacia la franja costera, desde la playa La Honda, hasta el puerto de los guayaberos en el Rompio, corregimiento de Santa Ana. Este es un importante sitio de anidación de aves marítimas, pero que fue devastado durante Segunda Guerra Mundial, porque era utilizado como polígono de tiro de la armada de los Estados Unidos.

En el año 1990, logramos promover la conservación de los manglares en la desembocadura del Río La Villa, a través de un acuerdo municipal del Distrito de Los Santos, en este caso, aquellos que quedan ubicados en el corregimiento de Santa Ana. Nuevamente acudimos en apoyo a la comunidad, en vista de la posibilidad que grandes porciones de manglares fueron devastados para el establecimiento de estanques de acuicultura, logrando consolidar un polígono de alrededor de 4,000 hectáreas (cuatro mil), que incorporan el curso inferior del Río La Villa, los bajos y playas de Punta Lisa y parte del estero de Monagre, también la plataforma marítima cercana.

Tuvimos la oportunidad de contribuir con el Club Social y Deportivo de Bella Vista de Guararé, en la provincia de Los Santos, a fin de que el municipio de esta localidad, declarara los manglares del corregimiento de La Enea y parte de los bosques secos de El Espinal y la franja costera, como área protegida.

Pero nuestros esfuerzos se extendieron también hacia la provincia de Coclé, destacando dos ecosistemas de gran valor en este caso, el Bosque Seco tropical de Cerrezuela, el curso fluvial y los manglares de la desembocadura del Río Grande, y la franja litoral de Los Azules, que son ecosistemas compartidos entre los distritos de Penonomé y Antón. Valga señalar que ambos Distritos emitieron las respectivas resoluciones municipales han dado legal al establecimiento de zonas protegidas.

En total, gracias a estos esfuerzos se logró poner bajo algún régimen de conservación, una superficie aproximada de 45,000Has que incluyen ecosistemas marítimos y fluviales, bosque seco tropical, albinas y marismas costeras, lagunas y humedales, emplazamientos  arqueológicos, como también grandes reservas de agua para el desarrollo agropecuario de la región, y la influencia de estos valiosos ecosistemas, en la regulación del clima, los cuales forman parte en la actualidad de Sistema Nacional de áreas protegidas de la República de Panamá.

Es importante señalar, que si bien estas áreas existen desde el punto de vista jurídico, tienen grandes carencias de personal, instalaciones y equipo, recursos y presupuesto para el manejo eficiente de las mismas, pero también se percibe un escaso nivel de participación comunitaria, lo cual es una deficiencia que debe ser superada mediante la educación ambiental y la movilización todo de la juventud en estas tareas.